
DESCUBREN UN “HOCICO” DE UN CIERVO FÓSIL DE UNOS 15.000 AÑOS EN LA LOCALIDAD DE GENERAL GUIDO (BUENOS AIRES)
¡NUEVO DESCUBRIMIENTO PALEONTOLÓGICO EN LABARDÉN!
Compartimos el artículo sobre un importante hallazgo realizado durante las excavaciones dirigidas por Mauro Aranciaga Rolando y el equipo del Laboratorio de Anatomía Comparada y Evolución de los Vertebrados (LACEV).
¡No te pierdas los detalles de esta fascinante investigación!
DESCUBREN UN “HOCICO” DE UN CIERVO FÓSIL DE UNOS 15.000 AÑOS EN LA LOCALIDAD DE GENERAL GUIDO (BUENOS AIRES)
Si tuviéramos la posibilidad de viajar unos 15.000 años al pasado, veríamos una provincia de Buenos Aires muy distinta a la actual. Durante este periodo de tiempo (conocido como Pleistoceno), el clima global era mucho más frío, casquetes glaciares cubrían enormes áreas de Europa y América del Norte, y el nivel del mar había descendido enormemente (la línea de costa estaría a unos 300 kilómetros mar adentro). En ese momento en la región que actualmente conocemos la provincia de Buenos Aires predominaban condiciones climáticas áridas y secas, más parecidas a lo que vemos hoy día en Patagonia o el Chaco.
Obviamente, la fauna y flora que habitaban estos ecosistemas eran diferentes; la vegetación estaba adaptada al clima árido y seco. Pero lo que más llamaba la atención era la “Megafauna”, es decir, enormes animales (principalmente mamíferos) que existían en la región. Dentro de esta “Megafauna” podemos encontrar a los gliptodontes, enormes armadillos emparentados con el peludo o la mulita; los megaterios, gigantescos perezosos terrestres relacionados con los perezosos selváticos (“Cid” de la Era del Hielo); o incluso a los tigres dientes de sable (“Diego” de la Era del Hielo). Otro grupo que podíamos encontrar eran los ciervos, en particular el llamado Morenelaphus. Sobre este mismo trata el hallazgo realizado en la localidad de General Guido.
Cómo era este animal
Los investigadores del CONICET, Mauro Aranciaga Rolando, Nicolás Chimento, Santiago Miner (Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia”), y Julieta De Pasqua (Universidad de Buenos Aires) son los autores de un reciente artículo publicado en la revista científica Journal of South American Earth Sciences, en el que describen las características de este nuevo fósil de ciervo.
Morenelaphus era un ciervo de gran porte, similar en tamaño al actual ciervo colorado que habita en Europa. Habría alcanzado unos dos metros de largo y se estima que habría pesado unos 200-300 kilos. Como todos los ciervos, tenía una enorme cornamenta que, en los individuos adultos, superaba el metro y medio de largo. En términos de tamaño, era comparable con un caballo, pero pesaba la mitad.
El nuevo fósil hallado corresponde a la parte anterior del cráneo (el “hocico”) y la mandíbula. Este material se encontró en un estado de preservación bastante delicado, por lo que, mediante tomografías médicas, pudo estudiarse en detalle su anatomía. Gracias a este estudio, se pudo conocer cómo era la nariz y otras partes del cráneo que comprenden la “cara” del animal. Con la información brindada por este fósil, sabemos que Morenelaphus tenía un hocico fino y largo, posiblemente adaptado para arrancar y masticar hierbas blandas pero abrasivas como los pastos y gramíneas.
El lugar del hallazgo
El hocico de Morenelaphus fue recuperado hace unos años por vecinos en las orillas del arroyo Chelforó. El lugar del hallazgo se encuentra en la localidad de Labardén, partido de General Guido, provincia de Buenos Aires, a unos 300 kilómetros de la Capital Federal.
El hallazgo ocurrió en el contexto de excavaciones paleontológicas encabezadas por Mauro Aranciaga Rolando del Laboratorio de Anatomía Comparada y Evolución de los Vertebrados (LACEV). Mauro es nativo de General Guido y, desde 2020, se encuentra trabajando en la localidad. “Los estudios paleontológicos en la zona nos han permitido saber que, hace unos 15.000 años, en Labardén habitaba una fauna y flora muy distinta a la actual”, comenta Mauro. El hocico de Morenelaphus se suma a un enorme caparazón de gliptodonte (Panochthus) que fue extraído por el equipo de trabajo en 2021.
Según De Pasqua, becaria doctoral de CONICET y autora del trabajo: “El arroyo Chelforó ha demostrado ser muy rico en fósiles y nos da la posibilidad de estudiar la fauna de la Era del Hielo”. También agrega “la preparación y el estudio del ejemplar fue un desafío, debido a que se encontraba en un estado de preservación muy delicado. Sin embargo, con herramientas adecuadas y haciendo uso de tecnología modernas (tomografías o escaneos 3D) pudimos resolver este problema”.
Morenelaphus y los ciervos de América del Sur
Si bien ya se conocían restos de Morenelaphus desde hace más de 100 años, principalmente estos fósiles consistían en cornamentas. El ejemplar recuperado en el Arroyo Chelforó es el primer hocico de Morenelaphus descrito, que nos da una idea de cómo era el aspecto de la cara de esta especie. Sumado esta nueva evidencia, con la ya conocida, ahora tenemos una idea mucho más completa de la anatomía y la biología de estos ciervos. Esta nueva información nos revelo que Morenelaphus no se emparienta con las demás especies de ciervos de Sudamérica sino con ciervos nativos de Europa y Norteamérica como el ciervo colorado. Es decir que los ancestros de Morenelaphus, al igual que muchos de nuestros abuelos o bisabuelos, habrían abandonado su tierra natal para migrar a América del Sur. Esto cambia lo que conocíamos acerca de la evolución de los ciervos de nuestro continente, pues hasta ahora pensábamos que había un solo linaje de ciervos y ahora habría dos.
El proyecto de investigación
“Las investigaciones se han estado realizando con el apoyo de la Municipalidad de General Guido, durante la gestión de Carlos Rocha. Particularmente, fue fundamental la gestión y la ayuda de Yonathan Prudente (ex Director de Producción) y Miguel Crovo (actual Director de Cultura), así como también de muchos empleados de la municipalidad, profesores y vecinos, quienes de manera amable y desinteresada han brindado una ayuda sustancial para el proyecto”, agradece Aranciaga Rolando.
Hoy día el equipo de trabajo continúa trabajando en la zona, estudiando los fósiles ya extraídos. Según Chimento, nativo de la ciudad de Dolores: “Este tipo de proyectos locales es fundamental para los museos regionales porque permite sentar las bases y colectar los primeros fósiles de lo que, en un futuro, puede ser un Museo Paleontológico, además de que despierta el interés en el público”. Por otra parte, Aranciaga Rolando agrega: “Este proyecto pretende descentralizar los hallazgos paleontológicos de los museos clásicos como el Museo Argentino de Ciencias Naturales o el Museo de La Plata y fomentar el desarrollo de museos municipales”.
Imágenes:
Imagen 1: El hocico de Morenelaphus siendo preparado. Créditos: Julieta De Pasqua
Imagen 2: Reconstrucción en vida del Morenelaphus. Créditos: Rocío Belén Vera
Imagen 3: Reconstrucción en 3D del cráneo de Morenelaphus.
Imagen 4: Arroyo Chelforó, lugar del hallazgo del Morenelaphus. Créditos: Gonzalo Muñoz